martes, 5 de febrero de 2013

Un ciego avanza la mano en la noche.


Un ciego avanza la mano en la noche.
Los días pasan y me ilusiono con atrapar, detener lo que huye.
No hay nada que hacer: releo lo que ha escrito usted tras nuestra conversación del otro día, las palabras dichas se pierden una vez escritas.
Todas las preguntas, todas las respuestas se anulan.
 (A cada pregunta una respuesta).
Si supiera hacer (pero no estoy seguro de quererlo) si supiera hacer una escultura, una pintura como quiero (¿pero soy incapaz de decir lo que quiero?). Si supiera hacerlas, estarían hechas hace tiempo, creo (oh, veo un cuadro maravilloso y brillante pero no es mío, no es de nadie. No veo esculturas, veo la oscuridad.)
Pero entonces no tendría que responder, es más usted no me haría preguntas.
¡y  yo no danzaría
y haría números!

Ah es demasiado bonito, bonito, bonito.
Y prefiero dejarlo antes de decir cualquier cosa a tontas y a locas. (a través de la calle Alésia) a caballo sobre el árbol y grito, grito, grito.
¡huuuuuuuuuuuuuuuu!
no, a tontas y a locas a través del follaje.

Un ciego avanza la mano en el vacío (¿en la oscuridad? ¿en la noche?)
Los días pasan y me ilusiono con atrapar, detener lo que huye, corro, corro in situ sin detenerme
¿qué añadir? no sé qué más hacer pero sé reír (no es verdad) ni danzar.

Manía, manía manía maníaca que maneja mi manía que maníaca me maneja en la vida ¿quién? ¿quién? ¿quién? ¿qué?
no lo sé
ri ra ru rueda, rata
ríe
li can tin tin tin
campanas
agujero que, agujero que, agujero que
agujerea, que agujerea
no letrinas
soporíficas
danza.


 Alberto Giacometti