martes, 1 de enero de 2013

I/I


Fluir, al otro lado, y seguir
más allá del alba, donde el sol
no sabe aun que la noche
es sólo consecuencia de su ausencia.

Y es el desamparo de tu nombre
el que eclipsa y ensombrece el cielo
hasta que deja durante el día tu sombra...
Noche que no puede ser otra cosa sino noche.