martes, 13 de noviembre de 2012

Un buen recuerdo



El dolor se extiende en oleadas, hace ráfagas, inunda mi alma y mis ojos y va marcando el ritmo de mi respiración y de mi pulso.
Los huesos que parecen nuevos tiemblan y se desgastan. Noto sus esfuerzos por mantenerse unidos, como un giro contra otro de la espiral. Intento calmarlo, sentirlo y abrazarlo. Penetra dentro de mi, la alteración zarandea mis sentidos, mi visión, mis fuerzas... Pierdo el equilibrio y caigo, me repongo, me levanto... Pierdo, recupero, pierdo, recupero. Solve et coagula. Ad intra, ad extra. Se llena la Esencia, el loto me ahoga y el placer me espera.

0:40 h, -  08/03/2012


jueves, 1 de noviembre de 2012

Seshem —


Poco a poco, en ascenso lento que cuaja en vano entre las manos
el sueño del fuego se desvanece y nos deja el sabor del incienso.
Ya no huele a primavera, ni nos escuchan los dioses que creíamos vivos.
Somos ahora súbditos del Infinito, traspasando las barreras de los hombres.

Poco a poco, en el dorso de nuestros cuerpos, el fuego se extiende
arrasando con su ritmo intenso lo que queda de nuestras almas.
Se llenan de Espíritu los huecos del Mundo, la destrucción que necesitaba
estaba, tan sólo, al límite de Occidente.

Bailan las estrellas esta noche con los lobos
y entre obsidianas emplumadas veo mi reflejo.
Ya no soy quien era, ni quien será:
Lejos del sueño, ya no hay colores que limiten mis ojos.